
En el mundo del automovilismo, hay hazañas que trascienden el tiempo. Una de ellas ocurrió el 25 de junio de 1905, cuando Václav Vondřich se alzó con el triunfo en la prestigiosa Coupe Internationale des Motocyclettes en Dourdan, Francia. Montado en una motocicleta bicilíndrica L&K CCR, representando a la firma Laurin & Klement, el piloto checo escribió una página dorada en la historia del deporte motor europeo.
Apodado “el herrero ambulante” por la bolsa de herramientas que llevaba consigo durante las competencias, Vondřich se impuso tras recorrer 216 kilómetros y alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h. Su victoria frente a corredores de Inglaterra, Francia, Alemania y Austria no solo elevó su nombre al estatus de leyenda, sino que marcó el punto culminante de Laurin & Klement en el motociclismo internacional.
La empresa, que había iniciado su actividad en 1895 fabricando bicicletas “Slavia”, ya mostraba una destacada ambición tecnológica. Para 1901, sus motocicletas participaban en competencias por toda Europa, y en 1904 introdujo uno de los primeros modelos con cuatro cilindros a nivel mundial.
El año 1905 no solo representó una cima deportiva: también fue el inicio de una nueva era para la marca, que comenzó a centrar su producción en automóviles. Dos décadas después, en 1925, la compañía se fusionó con el grupo Škoda, y el legado de innovación continuó.
Hoy, Škoda Auto celebra su 130 aniversario con una exposición especial en el Museo Škoda de Mladá Boleslav, dedicada a hitos como el de Vondřich, cuya pasión y coraje siguen inspirando a generaciones. La historia del automovilismo no sería la misma sin aquel momento en que un herrero convertido en piloto desafió el tiempo y la velocidad para hacerse eterno.

